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DF Lab opinión/ Inversión como medio, no fin

Publicado originalmente 18.04.2022 en Df.cl

“Si antes eran cuatro o cinco las empresas invirtiendo en startups en etapas incipientes, hoy ya son más de 30 las empresas que han desarrollado su brazo de inversión”.

A pesar de la incertidumbre generalizada en el aspecto político, social y económico, se siente un ánimo de optimismo en el círculo de emprendimiento al ver todas las semanas noticias de emprendedores chilenos agregando millones de dólares de inversión a sus operaciones, marcado por el fuerte incremento de la inversión de venture capital en toda la región de Latam.

Claro está, que el hecho de que ya hayan varios unicornios locales ha ayudado a pavimentar este camino, haciendo cada vez más normal que inversionistas extranjeros se aventuren a invertir en startups disruptivas para atender las múltiples necesidades del mercado regional, viendo a Latam con el potencial y atractivo de crecimiento que se merece. 

Y es que esto hace seis o siete años atrás era, si bien no imposible, muy difícil de alcanzar. Tal como me dijo en ese momento en San Francisco, California, un destacado inversionista del mundo del venture capital: “no es que tu proyecto sea peor que un proyecto liderado por emprendedores locales graduados de Stanford, o ex-Google, sino que tendrás que venir con muchos mejores resultados y con un grado de avance gigantesco en el mercado americano, para recién lograr captar la atención de un inversionista local”. El escenario ha cambiado e inversionistas de todo el mundo, así como emprendedores de diversas latitudes, están siendo atraídos a Latam.

Mejor aún, hoy vemos en Chile un crecimiento exponencial en el mundo de venture capital corporativo, donde en un espacio de cinco años se ha quintuplicado la inversión. Si antes eran cuatro o cinco las empresas invirtiendo en startups en etapas incipientes, hoy ya son más de 30 las empresas que han desarrollado su brazo de inversión. 

Y es que no nos podríamos quedar atrás, una de cada cinco startups en el mundo son financiadas por corporativos, donde la inversión proveniente de éstos alcanza montos en los billones de dólares. Y aunque es una tendencia que a las empresas locales les ha costado tiempo adoptar, se ha avanzado. 

Startups con mayores rondas de inversión impulsan al ecosistema a más, alentando a otros emprendedores a seguir emprendiendo y creando startups de alto valor agregado. Sin embargo, se debe ser cauto en centrar el éxito de una startup solo por el tamaño del capital levantado. No se debe perder de vista la inversión como parte de una estrategia, donde en algunos casos la obsesión por ganar rápidamente la credibilidad en el mercado fruto del levantamiento de una gran ronda de inversión puede traer consecuencias directas para los founders y el negocio, en algunos casos llevándolos a perder el foco y la disciplina propia de una startup en fase de crecimiento. 

Eduquemos desde el fondo, y hagamos relucir el levantamiento de capital sólo como un medio para lograr estos grandes objetivos, para crear sus océanos azules dentro de los océanos rojos, resolver  los grandes problemas que tenemos como humanidad, para el desarrollo de tecnologías disruptivas, la creación de grandes culturas de trabajo, internacionalización y no como un fin último, ni menos como un indicador de éxito.